TIEMPO DE ESPERANZA

II DOMINGO ORDINARIO

TIEMPO DE ESPERANZA

Por Nuestro Párroco, P. Carmelo Jiménez

Estamos iniciando el tiempo ordinario y viene a mi mente la pregunta: ¿Que es el tiempo ordinario? Aclaro que no es el tiempo de menos importancia o menos solemnidad. Siendo el tiempo más prolongado de los ciclos litúrgicos: 34 domingos de los 52 fines de semanas de un año.

El Tiempo Ordinario tiene la gracia de ayudarnos a crecer y madurar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor, y sobre todo, cumplir con gozo la Voluntad Santísima de Dios. Esta es la gracia que debemos buscar e implorar de Dios durante estas 34 semanas del Tiempo Ordinario. El color oficial del Tiempo Ordinario es el verde que significa la esperanza. Por eso, el prefacio Dominical # VI, dice: “En ti vivimos, nos movemos y existimos; y todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya en prenda la vida futura, pues esperamos gozar de la Pascua eterna, porque tenemos las primicias del Espíritu por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos”.

“Por amor a Sion no me callaré y por amor a Jerusalén no me daré reposo, hasta que surja en ella esplendoroso el justo y brille su salvación como una antorcha” (Is 62: 1-2). El profeta Isaías presenta a su pueblo, cansado por la difícil situación, la fidelidad inquebrantable de Dios. Al profeta Isaías se le conoce el Profeta de la Esperanza. Con estas palabras quiere infundir en su pueblo la esperanza, porque Dios mantiene su palabra de fidelidad y ellos son su primer y apasionado amor. Israel sólo tiene que corresponder ante esta oferta gratuita y generosa. Es posible el futuro, porque el Dios providente que ha dirigido el pasado mantiene su compromiso. Dios nunca rompe nunca su alianza con su pueblo.

Jesús dijo a los que servían: “Llenen de agua esas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y llévenselo al mayordomo” (Jn 2: 7-8). El evangelio de San Juan elige el marco de una boda para revelar que lo nuevo comienza por medio de Jesús. El milagro de Jesús de convertir el agua en vino de excelente calidad simbolizaba las antiguas prácticas judías: la ley y el ritual antiguo, por la vida eterna. Jesús viene a sustituirlo por algo totalmente nuevo, simbolizado por el vino excelente. Este vino representa la nueva y definitiva alianza de Dios con los hombres. El hombre es invitado a vivir la experiencia del amor de un Dios fiel a sus promesas y a su palabra

“Pero ella dijo a los que servían: “Hagan lo que él les diga” (Jn 2: 5). La Virgen María tiene una misión muy amplia que inicia como madre de Jesús, pero que se extiende hasta abarcar a toda la humanidad, especialmente a los discípulos de Jesús. La tarea de María es llevar a los hombres a Jesús: “haced lo que él les diga”. Jesús tiene la verdadera palabra de vida.

Que este domingo sea un anticipo del único Espíritu renovador, que es fuente de múltiples gracias para la edificación de la Iglesia, sabiéndonos protegidos con la intercesión de María Santísima en favor de nosotros sus hijos e hijas, y con la esperanza firme de que Dios siempre cumple sus promesas. Iniciemos pues nuestro tiempo Ordinario y pidamos: ¡ayúdame a crecer en mí fe! ¡Ayúdame a crecer como persona! ¡Ayúdanos a crecer como comunidad! Amen.

Print your tickets