¿QUIEN ES EL MAS IMPORTANTE?
Por nuestro Párroco, P. Carmelo Jiménez
El domingo pasado, en el evangelio de San Marcos, escuchábamos el primer anuncio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, finalizando el pasaje con la reprimenda a Pedro: “¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!” (Mc 8: 33). Y continua el Señor, dirigiéndose a todos, a la gente y a los discípulos, y les dice: “Si alguien quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo… (Mc 8,34)”, es decir, deje de lado su “yo”. Siguiendo con esa misma línea de pensamiento, el pasaje evangélico para este domingo, presenta el segundo anuncio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús y lleva consigo un reproche a los discípulos, interesados solo por saber quién de ellos era el más importante.
“Los malvados dijeron entre sí: “Tendamos una trampa al justo, porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones a la ley’” (Sab. 2: 12). El justo es, por su estilo de vida, actitudes y por su comportamiento, un reproche permanente y esto provoca en los judíos y gente malvada la persecución contra el justo. El justo lleva una vida distinta de todos los demás y sus caminos son extraños para el mundo, pero no para Dios.
El apóstol Santiago en su carta siempre es fuerte llamado a nuestra manera de vivir nuestra fe. En contraposición de los apóstoles que van discutiendo de quien es el mejor, esta segunda lectura nos invita a vivir como el justo: “Pero los que tienen la sabiduría que viene de Dios son puros, ante todo. Además, son amantes de la paz, comprensivos, dóciles, están llenos de misericordia y buenos frutos, son imparciales y sinceros. Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia” (Sant. 3: 17 -18).
El anuncio de la pasión y resurrección aparece por tres veces en el evangelio de san Marcos. Lo cual significa que Jesús insistía sobre el tema, porque era de especial importancia en sus planes. La realidad de su muerte inminente forma parte de la instrucción de Jesús a sus discípulos. Va de camino hacia Jerusalén. El hecho de ir viajando hacia Jerusalén es realmente importante porque es cuando Jesucristo intensifica su instrucción a los discípulos. La finalidad de enseñar caminando es que el discípulo debe estar dispuesto a seguir a su maestro y su camino hasta el final.
“Jesús les preguntó: “¿De qué discutían por el camino?” Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante” (Mc 9: 33-34). El Señor trata de colocar las cosas en su sitio, distinguiendo entre el pensar a modo humano y a modo divino: humanamente, ambicionamos prevalecer sobre los demás, destacar, ocupar el primer puesto; la lógica que propone el Señor es totalmente diversa: para ocupar el primer puesto hay que ponerse al servicio de todos y pasar por ser el último de todos. Esto se entiende muy bien, pero nuestra pretensión humana es reacia a aceptarlo, porque implica el compromiso de hacer y vivir como Jesucristo, que “no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos” (Mc 10,45).
Pidamos a Dios la gracia de sabernos discípulos, siguiendo a Jesús y a ejemplo de Él, amar y servir con humildad pero de todo corazón. Que Dios nos conceda la gracia de ser los primeros en el servicio y así, un día, llegar a la gloria eterna. Amén.