TIEMPO, TALENTO Y TESORO

XXXIII DOMINGO ORDINARIOL1290264

TIEMPO, TALENTO Y TESORO

Por nuestro Párroco, Padre Carmelo Jiménez

En las últimas tres semanas en mi parroquia se ha estado reflexionando en un punto importante que como hispanos se nos pasa, las tres T: tiempo, talento y tesoro. Desde mi llegada a los Estados Unidos he visto como nuestros hermanos de habla Inglés son muy metódicos en estos tres puntos y todo, por su sentido de pertenencia a su parroquia.

El Código de Derecho Canónico dice que: “La parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se encomienda a un párroco, como su pastor propio” (CDC. 515). Esta definición nos da dos elementos: territorio y comunidad, que unida al obispo, se une a la Iglesia Universal.

Ese sentido de pertenencia a una parroquia va más allá de un territorio, es sentirse familia, la familia de Dios. Por lo tanto, también, son responsables de las cosas o pertenencias de la parroquia. Me encanta, en todas las celebraciones del sábado y domingo, que al reunirnos para la celebración dominical, también es una oportunidad para saludar a los hermanos y hermanas y, a los amigos, y poder compartir una palabra o reír juntos. Con esa alegría iniciar nuestra celebración, sintiéndonos una familia.

Quiero compartir con ustedes mi sentimiento al hablar de dinero o tesoro. Muchas veces se nos ha criticado a los sacerdotes cono dinereros y por eso casi nunca hablo de este tema, pero es tan necesario para poder continuar con la vida parroquial, lo cual implica gastos. Hace algunas semanas pasadas, el Día Mundial de las Misiones, escribía que mi parroquia no es autosuficiente, y por lo tanto, pedir a mis parroquianos, pero también a cada uno de quienes leen mi reflexión, que piensen en ¿cuánto Dios les ha dado y cuanto han dado a Dios? Respecto a tiempo: ¿Cuántas horas de vida te regala Dios? De todo ese tiempo ¿Cuánto le dedicas a Dios: en la Misa, en la oración, en la visita al Santísimo Sacramento, en la meditación? Respecto a los talentos: ¿Qué dones y talentos Dios te ha concedido? ¿Usas alguno de esos talentos para Dios y para la caridad? Ahora, respecto al dinero: ¿Cuánto, Dios, te permite ganar semanal? Dios te da ese tiempo de trabajo, Él es quien te conceda la vida ¿Cuánto apartas para Dios, para su casa, para la extensión de palabra?

El salmo responsorial dice: “Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien” (Salmo 128, 1-2). Y en el Evangelio de hoy se nos habla de los talentos. Del rico hacendado que confía sus bienes a sus servidores y al regreso pide cuentas. A quienes son responsables con lo que recibieron les contesto: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor” (Mt. 25, 21 y 23). No pide una respuesta estándar, pide que cada uno haga lo mejor, no ser conformista con ser bueno como los otros. ¡No! No nos compara con nadie. Dios nos pide lo mejor de cada uno. Cada uno a la medida propia. Una respuesta generosa, con amor, libre. Nada por obligación ni por temor.

Quiero terminar recalcando y orando: Dios, concédenos sentir como nuestra, la parroquia y comunidad en la que estoy viviendo ahora mi fe o de aquella comunidad que me ha mostrado tu rostro misericordioso y tu presencia. Señor, que pueda ser responsable con el tiempo, talento y tesoro, para bien de mi familia y para bien de mi comunidad. Gracias por cada momento de mi vida, ayúdame a ser responsable con ella para cuidarla y protegerla. Gracias Señor por los talentos recibidos. Te agradezco a Ti, Señor, que vives y reinas por siempre. Amen

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